Según ha podido saber 'Desarrollo'

Un secreto de Riu: así genera enormes ingresos más allá de las habitaciones

26 de abril de 2023

Altos directivos de Riu descubren en privado uno de los secretos de la cadena que le está generando unos enormes ingresos inesperados, más allá de las habitaciones. Y estos se ubican en su céntrico mega-hotel de Madrid, gracias al cobro por permitir la visita a su cada vez más famosa azotea.

La cadena vacacional más rentable del mundo registra una gran demanda sostenida durante todo el día y en cualquier época del año de turistas que desean apreciar unas impresionantes vistas de la capital española, y para ello están dispuestos a pagar alrededor de 10 euros.

El interés de los viajeros llega a generar colas en momentos puntuales, en una época en la que cobra más valor todo aquello sobre lo que se pueda presumir en redes sociales como Instagram, y también con atracciones como el balcón de cristal sobre la famosa Plaza de España madrileña.

Según estos ejecutivos de Riu, los ingresos por este concepto puede llegar diariamente a cifras cercanas incluso a los 50.000 euros de forma habitual, si se atribuye una media de unos 300 visitantes por hora durante varias horas cada jornada, lo que mensualmente se traduce en unas ventas que pueden rondar holgadamente el millón de euros.

La cadena mallorquina compró este inmueble por 250 millones tras una decisión tomada casi por puro instinto como reconocieron sus dueños, en apenas 24 horas y sin múltiples informes de consultoras, sino con cálculos básicos y también gracias a su necesidad de colocar tanta liquidez, como le ocurre a Amancio Ortega, fundador de Zara, que lo hace a través de Pontegadea.

Entonces, con la adquisición del edificio al estrafalario empresario murciano Trinitario Casanova, que acudió a la notaría a firmar la transacción con una chaqueta de torero, tanto Carmen como Luis Riu admitían tener dudas de si no habrían cometido una locura, aunque el tiempo ha demostrado, como en la mayoría de sus decisiones, lo acertado de su ojo.

El proyecto supuso para Riu abrir una línea de negocio entonces inédita para ellos como abrirse a los congresos y eventos para llenar las 500 habitaciones del hotel, con unas difíciles obras de reforma sin poder tirar la fachada, que ejecutaron como es norma en la casa en un tiempo récord que suele ser la mitad de lo que le lleva al resto del sector cualquier renovación de su producto.

La explotación de las denominadas «zonas comunes» para hoteleras en lo referido a salas de reuniones supone una parte importante de la generación de ingresos para establecimientos urbanos, y le permite diversificar de los meramente procedentes de las habitaciones, como también ocurre en los restaurantes.

Pero Riu, en su activo de Madrid, que además le supuso un salto sin parangón en su reconocimiento de marca y proyección pública, y que logró al mismo tiempo un gran ingreso con la cesión a Zara de un enorme espacio en la esquina de Gran Vía para una mega-tienda, ha demostrado su habilidad para nuevamente dar una vuelta de tuerca a un modelo tradicional.



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