Tribuna 'Desarrollo'

Explorar horizontes verdes

13 de abril de 2023

Durante cientos de miles de años, la raza humana ha explorado cada rincón del planeta en una búsqueda interminable de nuevos horizontes. Millones y millones de pequeños viajes, uno tras otro, han sido la clave para colonizar el mundo. Desde caminar largas distancias en busca de alimentos hasta construir barcos para cruzar océanos, los humanos hemos demostrado una habilidad sin igual para adaptarnos y superar cualquier obstáculo. Cruzando glaciares o navegando mares y ríos, la curiosidad y el espíritu aventurero nos han impulsado a explorar el mundo a nuestro alrededor.

Como dijo una vez el filósofo y empresario Naval Ravikant: «Somos monos con un plan». Ese plan, sin embargo, es un movimiento continuo. Como Ulises y sus argonautas, empujados por la fascinación por la aventura.

En la actualidad seguimos viajando para conocer, escapar de la rutina, relajarnos y experimentar nuevas culturas. Pero ya no lo hacemos de a poco, sino que nos desplazamos en masa, millones de personas desplazándose diariamente desde cualquier rincón del mundo y en cuestión de pocas horas hacia los destinos más turísticos. Este movimiento masivo y veloz nos va consumiendo: el turismo es responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), sustancias responsables del cambio climático.

Los hoteles se erigen como parte fundamental del desarrollo turístico y, por tanto, asumen un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Sus principales emisiones provienen de sus consumos energéticos, los residuos que generan y los desplazamientos que promueven. La innovación en eficiencia energética y la inclinación hacia la economía circular y el concepto de residuo cero han logrado avances significativos, orientados a disminuir el impacto del turismo que albergan.

Pero ¿Qué hay de los desplazamientos? Los hoteles, junto con los destinos donde se ubican, fomentan el traslado masivo de personas. Es probable que la huella indirecta causada por los viajes de sus clientes (sobre todo la aviación) represente el desafío más complejo y menos accesible que enfrentan las empresas hoteleras en su compromiso de combatir el cambio climático. A continuación, ofrecemos algunas ideas clave y escenarios que auguran un futuro más sostenible para el turismo.

Gran parte de los miles de millones de toneladas de GEI emitidas anualmente a la atmósfera provienen de los desplazamientos, del transporte y, sobre todo, de la aviación (el transporte global es responsable del 16% de las emisiones de GEI). Este escenario ha llevado al surgimiento del movimiento ‘flygskam’ o «vergüenza de volar». Este movimiento juvenil se originó en Suecia y se ha extendido a otros países en Europa y en todo el mundo, pidiendo a la sociedad que deje de viajar en avión y opte por formas de transporte más sostenibles, con sus correspondientes repercusiones en el sector turismo.

Pese a los efectos negativos presentes de la masificación y del transporte, nos hemos puesto las pilas, el futuro está cargado de buenas noticias para el turismo, pero también para el planeta. Vivimos en un momento de convergencia entre una sociedad cada vez más concienciada (consumidores, inversores, trabajadores), una legislación que premia a las empresas más sostenibles y un momento vibrante de innovación, empujado por la necesidad de enfrentar retos tan cruciales como el cambio climático. Estamos deshaciendo la connotación de oxímoron de la expresión “desarrollo sostenible” o como transmite el lema de la consultora estratégica especializada en sostenibilidad Greenme Consulting: otra manera de hacer negocios es posible.

La transición energética es un hecho, y el mundo se ha lanzado a la carrera para desarrollar combustibles más sostenibles que frenen el cambio climático. En las ciudades estamos viendo el boom del coche eléctrico, pero hay otras opciones sostenibles en desarrollo, para todos los medios de transporte que se usan en turismo para llegar a los destinos, y a los hoteles, incluida la aviación, un ecosistema multi energía muy interesante que veremos desarrollarse en los próximos años. Repasemos algunas de estas tecnologías:

Hidrógeno verde. España quiere convertirse en un ‘hub’ de la producción de este elemento. El hidrógeno verde se obtiene aplicando energía eléctrica (de fuentes renovables) al agua, para romper su molécula y liberar el hidrógeno. Este gas viene a revolucionar el ecosistema energético ya que resulta un combustible muy interesante para coches y vehículos pesados, pero también para barcos y aviones. En el motor de estos vehículos (pila de hidrógeno) este gas hace el camino contrario, se mezcla con el oxígeno del aire para generar electricidad (y crear el movimiento) expulsando vapor de agua por el tubo de escape (cero emisiones). Esta opción es muy interesante para el transporte pesado como la aviación, de hecho, Airbus, ya ha fabricado un motor de estas características.

Combustibles sintéticos. Si juntas hidrógeno verde con carbono capturado de la atmósfera obtienes hidrocarburos sintéticos, como el diésel, la gasolina o el keroseno, válidos para los motores actuales ¡fabricar combustibles sin necesidad de petróleo! Eso sí, estos combustibles sintéticos generan gases de efecto invernadero al usarse en el motor, pero el balance es nulo, ya que para fabricarlo se retiró de la atmosfera el equivalente de la emisión en su quema. Brillante ¿verdad? Aún necesita mas desarrollo para poder alcanzar una eficiencia y precio aceptables, pero vamos por el buen camino.

Bios. Los biocombustibles se fabrican a partir de restos de materia orgánica, ya sean restos de aceite de oliva usado, restos de vegetales y/o restos cárnicos. Un combustible circular (que encima aprovecha residuos que de otra manera acabarían en los vertederos) que puede llegar a reducir las emisiones en más de un 60%. Es verdad que no es un producto cero emisiones, pero tendrá un papel relevante en la transición, ya que reduce drásticamente las emisiones y su materia prima favorece la economía circular.

Séneca decía que para quien no tiene rumbo no hay viento a favor. Estamos concienciados. El futuro puede ser brillante, tan solo necesitamos estrategias efectivas, innovadoras e inspiradoras.



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