Mallorca: la cuna del turismo así revoluciona como nadie en 15 años su oferta alojativa

Mallorca, conocida en el mundo como cuna del turismo vacacional, ha experimentado en los cerca de 15 años del boom de internet y los smartphones una revolución de su oferta de alojamiento sin comparación a otros grandes destinos.

Hasta el cambio de milenio, el producto hotelero en la isla estaba copado por grandes establecimientos en las zonas de playa que se comercializaban mediante los paquetes cerrados de turoperación que incluían el vuelo chárter y el transfer terrestre desde el aeropuerto.

Sin embargo, la irrupción de la red transformó el modelo vigente durante décadas para estimular nuevos canales como las OTAs y la venta directa, allanando los viajes más personalizados con el fomento de las low cost, además de propiciar a una plataforma como Airbnb.

Mallorca vivió así una sacudida en su oferta de camas para turistas, ya que las nuevas formas de comercializar promocionaron especialmente los alojamientos más pequeños, desde agroturismos hasta hoteles boutique y los apartamentos turísticos.

Los flujos turísticos, en consecuencia, dejaron de concentrarse en las grandes zonas de viajeros de masas, hasta diseminarse por antiguas fincas agrícolas en el interior de la isla, y también poblar el centro histórico de su capital en edificios señoriales y en viviendas hasta entonces residenciales.

En poco tiempo, la mayor isla balear ha venido atestiguando así una revolución en el formato que definía a su oferta alojativa, ya que a diferencia de otros destinos, gozaba de un patrimonio inmobiliario y paisajístico que transformó para su uso turístico.

Esta aguda y súbita transformación vino aconteciendo de modo espontáneo y sin una planificación previa, lo que ha dejado entre otras consecuencias el auge de los coches de alquiler en lugar de los autobuses como uno de los grandes síntomas de la criticada saturación.

Otro efecto más reciente de este fenómeno en cuanto al producto cabe ubicarlo en el servicio, ya que la mano de obra para el turismo ha dejado de tener una clara mayoría de origen español a que se haya disparado la de procedencia extranjera, incluso de otros continentes más allá del europeo.

Este viraje se explica en el encarecimiento de la vivienda para los trabajadores de temporada, a la vez que el reparto de mercados ha ido evolucionando desde una abrumadora mayoría alemana y británica, hasta crecer la francesa pero también la estadounidense o la asiática.

Mallorca ha sido tradicionalmente la referencia para todo el sector mundial al anticipar tendencias turísticas, pero al mismo tiempo se le ha seguido para evitar errores fruto de su papel como pionera y de transformarse sin planificación.

El auge de nuevos tipos de alojamiento como agroturismos en el interior y hoteles boutique en Palma carece de comparación en ese tamaño con otros destinos, y ya está sirviendo de reflexión para buscar un mayor equilibrio en la isla, a la vez que para los nuevos destinos que se proyectan en otras zonas.

 

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