Análisis 'Desarrollo'
Rosewood y Blasson marcan una inflexión para la hotelería de lujo en la España interior
29 de marzo de 2025
El proyecto de Blasson y Rosewood que pone a Extremadura en el mapa del lujo internacional también marcará un punto de inflexión en la visibilidad de la hotelería de la España interior como de gran atractivo para inversores.
El grupo hongkonés gestionará un complejo con un hotel boutique de 65 habitaciones y 150 villas rurales para estancias temporales y residenciales, en una finca en Cáceres de 2.000 hectáreas con una inversión de 450 millones de euros y debut no antes de 2028.
Entre hoteles a los que da marca por la cadena asiática, cabe destacar, además del madrileño Villa Magna, los emblemáticos Crillon, de París; The Carlyle, de Nueva York o Las Ventanas al Paraíso, en Los Cabos.
El proyecto denominado Dehesa Espadañal en una finca de dehesa de más de 2.000 hectáreas está en pleno Campo Arañuelo, entre Navalmoral de la Mata y Casatejada, en la provincia de Cáceres, y cercano a Trujillo, Yuste, el Jerte o la Vera o Mérida.
Blasson, junto a esta operación turística de una magnitud sin precedentes en la «España rural». impulsa el Four Seasons y el Mandarin Oriental de Madrid, lasresidencias de OWO en Londres y los proyectos hoteleros de Grand Hyatt Barcelona.
Extremadura acoge el único hotel de España con tres estrellas y tres llaves Michelin, Atrio, y protagoniza además dos iniciativas de Vestige Collection, el proyecto turístico de Victor Madera, en Alburquerque (Badajoz) y en Monfragüe.
Las marcas extranjeras de lujo están protagonizando en España una inaudita ofensiva por los hoteles de interior en medio de zonas despobladas, y que por tanto no pueden clasificarse ni de destinos urbanos ni de playa o cercanos a ella, según compiló ‘Desarrollo‘.
Los proyectos de Six Senses para Cebreros (Ávila) o Gerena (Sevilla), o de Hilton en Cáceres, se sumaronn a otros en este sentido como el de Marriott en su Marqués de Riscal bajo su gama A Luxury Collection.
Estas iniciativas demuestran el potencial del país más allá de sus destinos más conocidos, gracias a atractivos como el enoturismo, la gastronomía, la aventura, los retiros de bienestar, la cultura o la historia.
Hasta la fecha, la enseña más icónica para este tipo de productos corresponde en España a Paradores, a la vez que para inmuebles históricos han existido proyectos como el denominado MYC para conventos o monasterios en desuso.
Las marcas extranjeras de lujo, con un adecuado plan de incentivos públicos, pueden convertirse en una ocasión de oro para revitalizar las economías de la conocida como España despoblada.
La España interior cuenta con cinco destinos que sobresalen como los que albergan un mayor potencial para acoger proyectos hoteleros de lujo con las marcas internacionales que ahora apenas tienen presencia en el país, como ya reveló ‘Desarrollo’.
Este quinteto de zonas girarían en torno a varios de los pueblos reconocidos entre los más bonitos y de mayor encanto, como son Albarracín (Teruel); Úbeda (Jaén); Cudillero (Asturias); Sigüenza (Guadalajara) o Guadalupe (Cáceres).
Los atractivos que hacen factible el aterrizaje de enseñas hoteleras de primer nivel serían culturales, gastronómicos, naturales y sobre todo históricos, que es el valor donde reside la mayor singularidad en estos destinos y que es el elemento clave para diferenciarse turísticamente.
El fomento institucional de iniciativas de este tipo contribuiría a revitalizar las economías de las zonas despobladas, con un producto de la mayor categoría bajo los principales estándares de sostenibilidad y promocionando a proveedores de kilómetro cero.